Francisco Sáenz de Oiza,

de 70 años, padre de hitos arquitectónicos del paisaje madrileño como la sede del Banco d Bilbao, o las viviendas populares de la M-30, reside desde hace años en Can Boc, en las inmediaciones de Pollença, al norte d Mallorca, según informa Andreu Manresa. Sáenz de Oiza es uno de los genios ocultos en las profundidades de la mina de diamantes que es la isla en verano. Rafael Moneo, Elíes Torres, e Manuel de Solá-Morales -que medita la Barcelona del tercer milenio-, son otros arquitectos ilustres que visitan Mallorca estos días.A raíz de su jubilación como catedrático, Oiza se instaló cerca de las montañas que miran a Menorca para seguir trabajando como profesional en el colegio de Baleares. Ahora espera el apoyo del alcalde de Palma para realizar lo que sería su primera obra en Mallorca: la ordenación y el diseño de la plaza de San Francisco, en pleno barrio antiguo. El contraste entre la fachada modernista de un banco y la barroca de una iglesia caracteriza la plaza, rodeada además de un tráfico caótico. En él se detuvo la reina Sofía esta misma semana, cuando recorría, en coche de caballos, algunos enclaves de la Palma histórica. El proyecto de Oiza pretende incorporar jardines, bancos y una nueva iluminación y resolver los problemas de circulación.