Los radicales shiíes aplazan la 'ejecución' de Cicippio

ÁNGELES ESPINOSA. La Organización de la Justicia Revolucionaria (OJR), en un comunicado entregado al diario libanés An Nabar, declaró ayer que ampliaba en 48 horas el plazo fijado para la ejecución de uno de sus rehenes, el norteamericano Joseph Cicippio. Pasado esetiempo, la sentencia se cumplirá si Israel no libera al jeque Aldelkarim Obeid, dirigente del grupo radical shií Hezbolá (Partido de Dios). La decisión es, según la OJR, respuesta a llamamientos amistosos" y a la angustiada petición de la esposa de Cicippio, Ilham Ghandur, libanesa.

No hay liberación de Obeid por ,parte de Israel y tampoco intercambio general de rehenes y prioneros. Veinticuatro horas después de que el ministro israelí de defensa, Isaac Rabin, lanzara la propuesta del canje, un comunicado de Hezbolá, el Partido de los proiraní, la calificó ayer de "poco seria y ridícula". "No se puede comparar la captura de invasores sionistas sobre nuestro territorio ocupado y el secuestro de un dignatario religioso, de noche, en su domicilio en una población libanesa, en violación de das las convenciones internacionales", aseguraba el texto de hezbolá.

El rechazo de este partido equivale al rechazo de los propios secuestradores que, aunque son distintas etiquetas, beben todos ellos de la misma fuente teológica. La Organización de los Oprimidos de la Tierra, responsable de la ejecución de Higins el lunes, y la Organización de la Justicia Revolucionaria, que planeaba asesinar a Cicippio, o las ahora silenciosas Yihad Islámica y Yihad Islámica para La Liberación de Palestina, vienen a ser una misma cosa. En manos de los integrantes de estos cuatro grupos se encuentran los ocho rehenes norteamericanos, de los 16 occidentales a los que todavía se cree vivos en alguna mazmorra shií libanesa.

El norteamericano Joseph Cicippio, de 58 años, trabajaba como contable en la universidad americana de Beirut cuando fue secuestrado, el 12 de septiembre de 1986. La amenaza de ejecutar al británico Terry Waite, de 49 años, hecha pública mediante un apuesto comunicado de la OOT fue desmentida anoche por esta organización.

"Utilizar nuestro nombre"

La Organización de los Oprimidos de la Tierra negó ayer la autoría de tal amenaza, que atribuye a un intento de "utilizar nuestro nombre". Waite, que acudió a la capital libanesa para mediar la liberación de otros rehenes en nombre de la Iglesia anglicana, fue raptado el 20 de enero de 1987. Desde hace un año se ha especulado con la posibilidad de su muerte.

"La acción israelí del secuestro del jeque Abdelkarim Obeid ha complicado la escena libanesa", manifestó ayer a EL PAÍS un portavoz del Ministerio egipto de Asuntos Exteriores. "lsrael tiene la responsabilidad directa de la muerte de Higgins", aseguró la misma fuente, en consonancia con el sentir general del mundo árabe, "y la opinión pública norteamericana no debe olvidarse de este hecho". "Los grupos shiíes han mantenido rehenes durante años, y a pesar de que han matado a alguno [Higgins ha sido el octavo], han liberado a la mayoría de ellos. Además, la experiencia demuestra que no han tenido miedo de tomar represalias si eran atacados, y los israelíes lo sabían". Para el funcionario egipcio, que califica a Israel de "enfant terrible de Estados Unidos", la liberación de Obeid es la única salida posible de la crisis.

El inesperado giro en el caso de los rehenes occidentales retenidos en Líbano ha movilizado a los secuestradores de todo signo que campan por sus respetos en ese deteriorado país y que ahora intentan sacar partido de la situación. Sin comunicados públicos ni amenazas explícitas, los captores de dos ciudadanos de la República Federal de Alemania (RFA) secuestrados a mediados del pasado mayo en el país de los cedros han propuesto "estos últimos días" el intercambio de los hermanos Hamadei por sus rehenes, según informaron ayer autoridades judiciales alemanas occidentales.

El shií libanés Mohamed Hamadei fue recientemente condenado a cadena perpetua en la República Federal de Alemania por su participación en el secuestro de un avión y el asesinato de uno de sus pasajeros. Su hermanastro Abas Alí se encuentra encarcelado desde abril de 1988, con una pena de 13 años de reclusión por su participación en el secuestro de dos ciudadanos germano occidentales en Líbano.

Los secuestradores piden, además de su inmediata puesta en libertad, una indemnización de 5.000 marcos alemanes (unas 315.000 pesetas) para cada uno, porque la cárcel en la que están encerrados "no responde a los preceptos islámicos".