El nuevo manual vaticano para seminaristas admite la socialdemocracia

La social democracia puede ser un camino político-social aceptado por la Iglesia, según lo afirma el nuevo documento emanado ayer por la Congregación para la Educación Católica Orientaciones para el estudio y la enseñanza de la doctrina social de la Iglesia en la formación sacerdotal.Se trata de un manual dirigido a los 2.000 seminarios y universidades eclesiásticas, desparramadas por el mundo. El documento que ha sido presentado en la sala de Prensa vaticana por el jesuita austriaco Joahnnes Schaschia, profesor de la universidad Gregoriana de Roma y miembro de los expertos que han colaborado a la creación del mismo, ha supuesto siete años de trabajo y consta de 91 páginas. En él se afirma que el destino del hombre no puede encerrarse entre los dos proyectos históricos contrapuestos del marxismo y del capitalismo, lo que iría contra la libertad creativa del hombre. De ahí el que la Iglesia acepte, como "corrección de dichos sistemas", tanto a los partidos cristianodemocrátas como a los socialdemócratas.

No se trata sin embargo de la famosa tercera vía por tantos propugnada, ni tampoco de ofrecer indicaciones concretas sobre lo que deben votar los católicos, afirma el documento (el cual subraya al mismo tiempo que el trabajo de la evangelizacion debe matenerse "fuera de la lógica de los partidos, sin indicar preferencias, a menos de que en circunstancias concretas y excepcionales lo exija el bien común", sino más bien de ayudar a los que se preparan al sacerdocio a distinguir los elementos que respetan o no la dignidad del hombre y promueven la justicia social.

Se trata, pues, han insistido los presentadores del documento, de líneas de principios y no de "decisiones concretas", ni de "prograrnas políticos" o de "campañas electorales" que deban favorecerse, o de un "poder que ejercitar". El documento afirma que el derecho a la propiedad privada debe tener también límites sociales, que deben ponerlos los seglares "siguiendo su recta conciencia", aunque deberá "estar iluminada por los obispos".