Más sobre la autodeterminación

Un amable lector, Telmo Gabaráin, me plantea objeciones sobre la cuestión de la autodeterminación que me dejan convicto de haberme expresado mal. En modo alguno he pretendido descalificar la pretensión de autodeterminación (en el País Vasco o donde fuere) por la presunta mala intención o intereses ocultos de sus propugnadores. La voluntad de primacía y liderazgo no es anhelo culpable y puede ser utilizada -como cualquier otro impulso de autoafirmación para fines de utilidad pública. El fondo de la argumentación de Todorov, que yo sustancialmente suscribo, puede desglosarse así:a) No se puede confundir la diferencia cultural con el derecho natural a la fundación de un Estado que la recoja. Todos los Estados engloban diferentes identidades culturales; la decencia política de cada uno de ellos se revela en el trato que da a sus minorías y peculiaridades, no en su tendencia a la unanimidad monocultural.

b) El pretendido derecho a la autodeterminación colectiva (indebida extensión del fundamental derecho a la autodeterminación individual, sobre el que reposa la perspectiva ética) da por supuesta la existencia de un "pueblo" espontáneo y natural, previo a la efectiva organización política. Es decir, el derecho a la autodeterminación es un círculo vicioso porque supone como dada la misma entidad que reivindica como futura conquista.

Es posible que la autodeterminación independentista, en alguna de sus formas, sea una opción política oportuna para los ciudadanos vascos. En cualquier caso, provendrá de una corrección del estatuto político como miembros del Estado español que hoy tienen y no de su supresión ahistórica. La autodeterminación, en este sentido, puede ser una perspectiva, pero en ningún caso es un derecho. Por lo demás, comparto con el señor Gabaráin -tal como ya he dicho por escrito varias veces- la opinión de que un referéndum sobre este tema sería muy esclarecedor.- .