De "caddy" a campeón

ENVIADO ESPECIAL Severiano Ballesteros cumple mañana, domingo, los 32 años de edad. Así, el premio Príncipe de Asturias le ha supuesto el primer regalo y no puede por menos que colmarle de satisfacción cuando precisamente una de las tribulaciones que ha influido en su carácter cerrado es que en su propio país no se le haya valorado tanto como en el extranjero. El segundo sería, cómo no, imponerse en Augusta.

De procedencia humilde, Ballesteros tuvo en su tío Ramón Sota, jugador destacado en el decenio de los 60, su punto de unión con el deporte. Tras el aprendizaje clásico de la época, el de la espontánea escuela de los caddies, su precocidad le animó a hacerse profesional en 1974, a los 17 años, gracias a la ayuda económica de varias personas que creían en él. Desde entonces ha ganado 56 torneos en los circuitos europeo, norteamericano, australiano, japonés y africano, aparte de haber obtenido muchas otras victorias menores y contribuido de forma decisiva a que el equipo de Europa haya batido al de Estados Unidos en las dos últimas ediciones de la Copa Ryder, el duelo bianual por la supremacía golfistica.

Su explosión se produjo en 1979, cuando, a los 22 años, se adjudicó su primer Open Británico después de que en 1976 ya casi lo hubiera hecho. Otras dos ediciones de la competición de más solera del Tundo figuran en su palmares, las de 1984 y 1988. El Masters también ha conocido sus éxitos en 1980 -es su campeón más joven, a los 23 años y cuatro días- y 1983. De los cuatro certámenes que componen el Grand Siam sólo se echan de menos el Open de Estados Unidos y el Campeonato de la PGA americana. En diversas ocasiones pudo conseguirlos y no desespera de hacerlo -se da de plazo hasta los 40 años-, aunque tampoco confiesa sentírse obsesionado por ello. Él piensa que la carrera de cualquier gran deportista siempre queda incompleta y se considera bien pagado con el reconocimiento mundial de que es el número uno.

350 millones

Sus ganancias ascienden a 1.743.825 libras esterlinas (unos 350 millones) sólo por los premios alcanzados en sus 16 temporadas en el tour europeo. Sin embargo, se han multiplicado con las correspondientes a los demás, por su reclamo publicitario y_por sus empresas familiares, que se dedican a la construcción de campos y a la organización de competiciones. A finales de 1988, se casó con Carmen, hija del banquero Emilio Botín, tras un prolongado noviazgo desde la época en que la dio clases de golf.