Vacaciones con problemas

La caída de Wall Street el viernes pasado estropeó en parte estas jornadas semifestivas de la Semana Santa, obligando a los escasos inversores presentes en el mercado a efectuar un ejercicio de prudencia que no encaja bien con el ambiente habitual de estas sesiones. Sólo algunos picoteos que efectuó el capital extranjero lograron evitar una repetición en estos mercados de lo que sucedió al otro lado del mar, lo que pone de manifiesto la dependencia de las bolsas de un entorno variable.Los valores que cotizan en Nueva York ofrecieron un volumen de papel que no esperaban los habituales de los parqués españoles aunque, afortunadamente, son pocos los que gozan de ese beneficio. El resto del mercado se limitó a dejarse llevar por los acontecimientos, con un dinero que no quería asumir riesgos, salvo el procedente del exterior y para casos muy concretos, y un papel que continúa sin presionar en los corros. Los grupos industriales acusaron esta situación con una serie de altibajos que beneficiaron a alimentación y siderúrgicas y perjudicaron al resto *

El nivel del negocio se situó en tomo al 70% de las cifras que vienen consiguiéndose cada día, con lo que los volúmenes de contratación de estas sesiones van a depender en buena parte del esfuerzo del sector bancario, que ayer no modificó su postura y acusó el descenso de actividad.

Las posiciones al cierre eran inexistentes, lo que casi anula la sesión de tarde y confirma el tono semifestivo de estos días.