Borrell insiste en que el gasto público no es inflacionista

El secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, insistió ayer en que el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 1989 "sigue la senda de reducción del déficit público y no creará nuevas tensiones inflacionistas". En el transcurso de unas jornadas organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), Borrell quiso restar importancia al repunte de los precios, afirmando que "hay que poner la vista en el largo plazo y no se debe dictar una política estructura¡ en base a una situación puramente coyuntural".

En una línea similar a la defendida en el Congreso de los Diputados, Borrell defendió las grandes líneas de la política presupuestaria para el próximo año, haciendo especial hincapié en la necesidad de dedicar mayores recursos a infraestructuras y en su carácter social y de redistribución de la renta. "En España", dijo, Ilevamos un fuerte retraso frente a Europa en la colectivización de recursos y ello ha creado fuertes déficits en los servicios públicos. Desde hace 10 años se ha incrementado el peso de sector público en la economía y los niveles de presión fiscal. Pero no podemos apuntarnos a la tendencia europea de reducción del sector público porque no debemos volver antes de ir". Añadió que la sociedad española había demostrado "una elasticidad asombrosa para absorber ese aumento de la fiscalidad".

Concluyó Borrell afirmando que a pesar de las teorías defendidas desde ciertos sectores -refiriéndose implícitamente a Mariano Rubio y a Enrique Fuentes Quintana- "no es cierto que la presión fiscal tenga efectos inflacionistas", asegurando que la individual no crece y que el aumento de ingresos proviene de la lucha contra el fraude.