Banquete

El grupo Oskorri nació hace 15 años a la sombra de un poeta maldito ("gaviota de sucia pluma") y sublime, Gabriel Aresti, que murió poco después. Pero el poeta sigue con ellos, y viceversa. La fidelidad es una de las claves de Oskorri; fidelidad, que no inmovilismo. Si en un principio algún crítico definió a este grupo como banda de foIk industrial, en la actualidad a nadie se le ocurriría etiquetarlos mas que como intérpretes y compositores que han sabido introducir magistralmente en su obra todos los resortes de la música popular, desde la polifonía sacra hasta el jazz, de la salsa al zorcico, del chistu al saxo, de lo vasco a lo universal. Y todo ello envuelto en las brumas y la melancolía del Norte, en las luces y sombras de Euskadi.Los conciertos de Madrid forman parte de una gira por toda España para celebrar el cumpleaños. El repertorio es un recorrido por la historia del grupo, y está expuesto con total ausencia de divismo, pero con una calidad sonora e instrumental que ronda la perfección. Para estos conciertos aniversario cuentan con la colaboración del grupo de animación teatral Kukubiltxo, que inunda la sala de muñecones oníricos, feos y tiernos, retozones, risueños y traviesos.

La velada es un auténtico banquete para los amantes de la música y de la belleza. La voz de Natxo de Felipe, una voz serena y fresca, transmite vibraciones aunque no se entienda el euskera. Canta historias sencillas de la vida cotidiana y cuenta historias míticas de un pueblo, como aquella en la que los músicos descubren que el tesoro de los vascos no es un montón de piedras preciosas, sino un cofre en el que está escondida esta frase: "No desear oprimir a nadie y no dejarnos oprimir por nadie". Muchos siglos antes lo había descubierto Marco Aurelio: "No seas el tirano ni el esclavo de nadie".

No estaba el teatro lleno. Pero es que Oskorri no graba en una multinacional. Y además no son frívolos, que es lo que ahora se patrocina.