El viaje del Papa a Estados Unidos

En un curso sobre la Biblia celebrado en California se plantearon dos preguntas: ¿es moralmente lícito para las parejas vivir juntos fuera del matrimonio? ¿Debería la Iglesia aprobar el casamiento en segundas nupcias de feligreses divorciados? Hace una generación no se habrían puesto en duda ambas cuestiones. El estereotipo étnico del católico de clase trabajadora ya no existe. Los católicos tienen familias más pequeñas, mayores ingresos y mejor educación que los protestantes.Muchos católicos norteamericanos creen que tienen derecho a elegir, ignorando enseñanzas con las que no están de acuerdo. Un abrumador 93% de los que se consideran católicos opina que es posible no estar de acuerdo con el Papa y seguir siendo un buen católico.

La admiración de los católicos por Juan Pablo II no parece estar disminuida por ninguna duda ante la autoridad de su enseñanza.

Pero el pontífice tiene en la cabeza algo más que asuntos parroquiales. Llegará a Estados Unidos sonriendo. Transmitirá un genuina y conmovedor calor pastoral, valiéndose de todos los modernos medios de comunicación.

El Pastor de Roma y su indisciplinado rebaño norteamericano se examinarán uno a otro en el forcejeo para definir la dimensión del catolicismo moderno.

6 de septiembre

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