Sindicatos y patronal critican duramente al Gobierno de Raúl Alfonsín

El Consejo General de la Unión Industrial Argentina (UIA), que integran 250 empresarios del sector, y la Confederación General del Trabajo (CGT), coincidieron el martes en las críticas más duras que se le hayan hecho hasta ahora a la política económica del Gobierno que preside Raúl Alfonsín.

Tras analizar el llamado "plan de ajuste" que el ministro de Economía Juan Sourrouille anunció el lunes 20, los industriales advierten al Gobierno que "no se puede pedir un enorme sacrificio social para aplicar una política de ajuste que termina en sucesivas políticas de ajuste". Reconocen, además, que la mayoría de ellos obtienen mayores beneficios en la "intermediación financiera" que en la "inversión productiva". La CGT, central única de los trabajadores argentinos, volvió a exigir un cambio fundamental del rumbo económico" para poner en práctica una política "claramente opuesta a la que impone el Fondo Monetario Internacional".El presidente Raúl Alfonsín, que participó la noche del martes en el acto central por el aniversario de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, admitió que las tasas de interés "son muy altas" a causa del desequilibrio en las cuentas fiscales. Pero Alfonsín defendió las nuevas medidas tomadas por el Ministerio de Economía porque, a su juicio,"atacan las causas profundas" del problema. En un encuentro informal con los periodistas, después de su discurso ante los funcionarios de la Bolsa, Alfonsín aclaró que "tenemos un ministro de Economía que me va a acompañar, Dios mediante, durante toda mi gestión". El voto de confianza público que el presidente le dio al ministro más criticado del gabinete, ratifica también la llamada "reforma estructural" de medio y largo plazo que dice haber iniciado el Gobierno.

Para alcanzar ese medio plazo del que habla, el Gobierno deberá superar antes la dramática realidad actual. El alza de la inflación en julio fue del 9,5% y en agosto va a superar el 10% mensual. Estos cálculos contemplan, entre otros, el aumento de las tarifas de los servicios públicos en un 7% y de algunos alimentos, como la carne, en un 40%. El austral, la nueva moneda, fue devaluada un 18,3 % en julio. Y los salarios, en lo que va de año, sólo fueron reajustados en un 10%.

El último acuerdo firmado con el FMI, que le permitió a la Argentina acceder a un crédito de 1.100 millones de dólares hasta entonces congelado, prevé en el párrafo 23 del memorándum que a fines de 1987 la deuda externa será de 54.100 millones de dólares. Ese monto, comparado con la caída del saldo comercial -que fue de 4.500 millones de dólares en 1985 y se redujo a 2.200 millones en 1986- demuestra que la deuda externa argentina será en diciembre casi diez veces más que sus exportaciones.