Un mito indescifrable

EL PAÍS, Norma Jean nació el 1 de jumo de 1926. Hija ilegítima de una obrera de la industria del cine, la futura Marilyn Monroe vivió su infancia en orfelinatos y hogares adoptivos.

Cuando trabajaba en una empresa de material militar, un fotógrafo que realizaba un reportaje advirtió su presencia y la recomendó a los estudios de cine. Tras una serie de pequeños papeles, John Huston la incluyó en el reparto de La jungla del asfalto.

Poco a poco se cimentó el mito Marilyn y la actriz protagonizó títulos tan populares como Niágara, Me siento rejuvenecer, Con faldas y a lo loco, Los caballeros las prefieren rubias o Vidas rebeldes. El 5 de agosto de 1962 la actriz falleció víctima de una sobredosis de Nembutal.

Sus reiterados fracasos sentimentales (con el beisbolista Joe di Maggio y el escritor Arthur Miller, entre otros) y su propia ubicación dentro de la industria de Hollywood (ella siempre quiso reivindicar su condición de actriz y estudió con Lee Strasberg, del Actor's Studio) alimentaron, tras su muerte, un nuevo mito: el de víctima de una sociedad sin escrúpulos.

La iconografía sobre el mito es variada y va desde el rostro de Andy Warhol a la foto de la actriz desnuda en el primer número de Playboy. Sin embargo, ese multiforme mito no ha podido suprimir el misterio de una vida y, sobre todo, de una muerte.