Dimita usted, señor director

Porque ha defraudado a aquellos que vieron en EL PAÍS el diario independiente, de izquierdas, voz y reflejo de los trabajadores, que con suficiente implantación y prestigio sirviera como contrapartida a la Prensa tradicionalmente conservadora de este país. Porque envilece, utilizándola como arma arrojadiza, una libertad que es de todos, señor Cebrián, y no sólo suya y de su EL PAÍS: la libertad de Prensa, baluarte de toda democracia y hoy firmemente afianzada en España. Porque se ha sumado a lo más in de estos días: una absurda campaña de insultos y descalificaciones gratuitas para con los administradores públicos por cometer el imperdonable pecado de ser y actuar como socialistas, háganlo mal, regular o bien. Porque, dejándose llevar por intereses políticos y económicos propios, se aleja cada vez más del sentir y del pensar de nuestra sociedad.¿O es el recurso a la dimisión patrimonio exclusivo de los cargos socialistas? ¿Acaso están exentos los directores de diarios de ámbito nacional de la sagrada obligación -que usted y su equipo tan profusamente razonan- de dimitir cuando una actuación se desvía o un objetivo se malogra? Mi libertad de Prensa me obliga a pedírselo de nuevo, señor director: dimita usted.

En su lamentable labor cotidiana de hacerles el juego a aquellos que ostentan el poder eco-

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nómico y son contrarios a una política socialista, usted y sus redactores desfiguran los intentos de conciliación y concertación social hasta presentarlos como una, tan cacareada como inexistente, "arrogancia socialista"; tachan de totalitarias las declaraciones de un ministro que en su difícil labor busca el apoyo de los distintos sectores sociales y critica a aquellas personas o grupos que obstaculizan la lucha contra el terrorismo; descalifica como fascista toda una labor de gobierno que trata, con éxito, de consolidar y dar prestigio a las instituciones democráticas. Si, como dicen, usted y su diario son los más cercanos al socialismo gobernante, hay algo que sin duda es cierto: teniéndole a usted como amigo, al PSOE no le hacen falta enemigos.- Rafael Simancas.