Distintos
La mayoría de las personas creen, una a una, que aquello que les pasa a ellas no suele pasarle a los demás. Por ejemplo: hacer las cosas con la mejor intención y no ser bien entendido. Por ejemplo: dar cien y obtener uno. Por ejemplo: pensar bien de los demás y descubrir tarde el avieso interés ajeno. Por ejemplo: no pedir algo por temor a molestar y ser en cambio incesantemente importunado por las solicitudes de los otros. Por ejemplo: procurar atender los problemas de quienes necesitan desahogos y callarse los propios ante la dificultad de encontrar oído. Por ejemplo: necesitar esfuerzos ímprobos para lograr objetivos que los demás logran con facilidad, gracias al azar o a su pericia.
En general, la mayor parte de la gente siente, una a una, que siendo de esa manera de ser es casi imposible llegar a nada. Más aún, siendo de esa forma, deberá uno persuadirse de que no recibirá sino reveses, sufrirá frecuentes decepciones y quizá no halle recompensa jamás. Ésta es la gran ley mediante la cual la generalidad de la población alcanza la autoconsideración de caso único y modelo extraordinario. Una especie, en fin, de ciudadano que de encontrar suficiente repetición haría cambiar la faz del mundo. Pero he aquí que no es fácil que ese individuo común que se cree excepción reconozca su duplicidad en otros tantos ciudadanos que sueñan con su propia excepción del mundo. Uno a uno, caso tras caso, la geografía está poblada de temperamentos que se reprochan ser como son, de corazones que se detestan por darse sin discernimiento, de seres vivos que en estas circunstancias se declaran incompetentes para progresar entre los vivos. Uno a uno, la mayoría de la población llega así al convencimiento de que con esa forma de ser -tan distinta- y siendo la gente como es -tan igual-, tarde o temprano será su víctima. Pero es, llegada esta fe, cuando la gente decide casarse. Y la pareja obviamente es alguien que reconoció a éste su excepción y reveló la suya. Por ejemplo: haber perdido la esperanza de en contrar a alguien de este tipo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
La Fiscalía de Ciudad de México confirma que el hombre asesinado en la Zona Rosa era El Panu, jefe de seguridad de Los Chapitos
Navitrans, una cena de navidad para personas LGBT+ en condición de calle y trabajadoras sexuales
Bolsonaro deja la cárcel para operarse de una hernia
Bonoloto: comprobar sorteo del jueves 25 de diciembre
Lo más visto
- La revalorización de las pensiones queda en el aire por la negativa de la derecha a apoyar otras medidas sociales
- Zelenski confirma que cualquier pacto con Rusia deberá ser ratificado en referéndum
- Los ‘whatsapps’ de Mazón a Feijóo del día de la dana: “Un puto desastre va a ser esto presi”
- Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía: “Hemos perdido el control del proceso educativo, lo que damos en clase es en gran medida un simulacro”
- El líder groenlandés responde a Trump: “Groenlandia es nuestro país. Nuestras decisiones se toman aquí”




























































