Signos de enfriamiento en las relaciones Nicaragua-URSS

Unas declaraciones del comandante de la revolución nicaragüense Henry Ruiz, ministro de Cooperación Económica Exterior, varios viajes de dirigentes sandinistas y ciertas informaciones sobre planes de los países integrantes del Grupo de Contadora (México, Colombia, Venezuela y Panamá) y del Grupo de Apoyo (Argentina, Brasil, Perú y Uruguay) para ayudar a Nicaragua han sembrado la confusión y aventurado incluso un posible cambio de actitud de la Unión Soviética hacia el régimen de Managua.El pasado 28 de mayo, Ruiz, uno de los nueve comandantes de la revolución, que está considerado como el más prosoviético, declaró que la URSS no está en condiciones de enviar a Nicaragua el petróleo que necesita y que se recortará el abastecimiento hasta un 40%. Estas declaraciones, aparecidas en Barricada, órgano oficial del Frente Sandinista, fueron indirectamente desmentidas en una nota publicada en el mismo diario bajo un titular que anunciaba que la URSS no ha dejado de cumplir sus compromisos. La nota procedía del Ministerio de Cooperación Económica Exterior, que preside el comandante Henry Ruiz, el mismo que el día anterior había anunciado el recorte del abastecimiento soviético de petróleo. Altos funcionarios del Gobierno sandinista se preocuparon, días atrás, en Managua, de explicar que las declaraciones de Ruiz habían sido malinterpretadas por la Prensa.

Sin embargo, el pasado sábado el presidente Daniel Ortega anunció, sin referirse expresamente al recorte del abastecimiento soviético, una reducción del consumo de petróleo y la aplicación de nuevas restricciones económicas.

La declaración de Ruiz y el discurso posterior de Ortega han desatado las especulaciones sobre un terreno que ya estaba abonado. Desde hace tiempo se comenta en Managua que los soviéticos están hartos del desorden reinante en la economía nicaragüense. En conversaciones privadas, ciudadanos soviéticos no se recatan en manifestar su descontento y preocupación ante la evolución de la economía y la falta de disciplina en la aplicación de los planes. Dirigentes comunistas, como el presidente del Partido Comunista de Nicaragua, Eli Altamirano, no vacilan en afirmar que los sandinistas utilizan una estrategia dual y tratan de hacer chantaje a EE UU con la amenaza de entregarse del todo en brazos de la URSS. Como ejemplo de incumplimiento sandinista con los soviéticos, menciona Altamirano la construcción de los astilleros de la costa atlántica de Nicaragua, que habían sido prometidos a la URSS, pero se concedieron finalmente a holandeses e italianos.

Apoyo de América Latina

En sus declaraciones, Ruiz advirtió que ante la disminución del abastecimiento soviético de petróleo, correspondía a los países de América Latina ayudar a Nicaragua, porque, de no hacerlo, se convertirán en cómplices de la agresión de Estados Unidos contra Nicaragua. Casi simultáneamente a las declaraciones de Ruiz surgió en México la información sobre la existencia de un plan de ayuda a Nicaragua por parte de los países de Contadora y del Grupo de Apoyo. Este plan consistiría en el abastecimiento, según las posibilidades de cada uno, a Nicaragua. A Argentina le correspondería enviar trigo, y a México y Venezuela, petróleo.

El embajador de la URSS en México, Rostilav Sergeyev, en unas declaraciones al diario La Jornada, expuso la conveniencia de que "no sólo sea una nación la que ayude a Nicaragua en estos momentos. Deben ayudarla todas las naciones latinoamericanas. Nosotros continuaremos ayudándola económica y militarmente".

Diplomáticos de EE UU, a los que tal vez el deseo lleva demasiado lejos en sus interpretaciones, ven en las declaraciones de Ruiz un conflicto entre la perestroika soviética y el desastre económico de la Nicaragua sandinista, que Moscú no estaría dispuesto a soportar por más tiempo. Otros diplomáticos occidentales en Managua consideran, sin embargo, que "por un puñado de dólares", la URSS no va a dejar perder la baza de Nicaragua y las posibilidades que se le ofrecen de aguijonear permanentemente a EE UU. Un diplomático norteamericano comentó en términos muy gráficos al corresponsal de este periódico que "Nicaragua es una ladilla que se colocó en el escroto del tigre, y la URSS trata de que Washington se la quite de encima con facilidad, sino de una forma traumática y, si es posible, arrancándose todo".