Grecia derrotó a Yugoslavia, y Gallis, a Petrovic

L. G. La policía se vio desbordada para controlar al público que llenó en unos segundos la cancha para abrazar a sus jugadores. Grecia había conseguido su primera gran sorpresa, derrotar a Yugoslavia. Y parte muy importante de ese gran éxito, se debió a su gran estrella, Gallis, autor de 44 puntos. El capitán griego redondeó una actuación soberbia pues además oscureció absolutamente a Drazen Petrovic.

El partido, desde el principio, se planteó como una especie de duelo personal entre Gallis y Petrovic, dos jugadores con un sentido individualista muy parecido, pero con algunas diferencias en su juego. Ambos ocupan, aproximadamente, la misma posición, tienen muy buen regate y una velocidad con el balón fuera de lo usual; les diferencian 11 centímetros de estatura a favor del yugoslavo, el hecho de que Gallis no acostumbre a tirar desde 6,25 metros y el extraordinario tiro en suspensión del griego. Yugoslavia, con Petrovic como hombre decisivo, sólo pudo dominar durante la primera parte, que dominó, 49-42. Pero Petrovic llevaba 16 puntos y Gallis ya 25.

En la segunda mitad, Petrovic se oscureció absolutamente, mientras casi el 80% de las decisiones de tiro griego pasaron por las manos de Gallis, quien estuvo acertadísimo ante la floja defensa rival. Petrovic tardó 15 minutos en anotar una canasta y se quedó en una cuenta ridícula para sus estadísticas habituales. Incluso presenció los últimos minutos en el banquillo. Con esta victoria, Grecia confirma sus aspiraciones de lograr algo importante en el Europeo. Su siguiente peldaño es España, hoy.

En el otro partido del Grupo A, la URSS arrolló sin problemas a Francia, 107-78.

Grupo B

En el Grupo B, mientras Holanda dio una relativa sorpresa al ganar por 61-60, en un partido pobrísimo, a Israel, Checoslovaquia se sacó la espina de su primer traspié ante los israelís y con su veteranía se impuso a la joven RFA, por 95-72. Italia, firme líder, resolvió en los últimos cinco minutos ante Polonia, 99-85.