Termes afirma que el gasto público es "deplorable, deleznable y está desbocado"

El gasto público en España es "deplorable y deleznable, y está desbocado como un caballo del que el Gobierno es además un mal jinete", declaró ayer en Madrid Rafael Termes, presidente de la patronal bancaria AEB. El secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, combatió estas afirmaciones y aseguró que sólo podía estar de acuerdo con el lider de la patronal bancaria en el principio de que el Estado debe estar al servicio de la sociedad, y no al revés.

El debate organizado por Euroforum sobre las Políticas monetarias y fiscales en la España actual, inaugurado ayer en Madrid, comenzó con una agria polémica entre Termes y Borrell, que se viene a sumar a la guerra de acusaciones y contrarréplicas que mantienen los responsables del Ministerio de Economía y Hacienda con la patronal CEOE e incluso con el presidente del Colegio General de la Abogacía, Antonio Pedrol Rius.En esta ocasión no fue el fraude, ni siquiera la presión fiscal, sino su contrapartida, el gasto público, la clave del enfrentamiento. Para Termes, el problerna actual no es el déficit, porque "andamos por el camino de resolverlo aun con la financiación heterodoxa por la que se ha optaido en los últimos meses", sino que el mal es el gasto público. "Lo más deleznable son las in,versiones de capital, que son diminutas y decrecientes". Su tríptico descalificador ("deleznable, deplorable y desbocado") lo completó con una cita del líder de la CEOE, José María Cuevas, quien definió el gasto público como el "cáncer de la economía".

Borrell combatió estas "tres d" y justificó el incremento del gasto por los intereses financieros, la aportación creciente del Estado a la Seguridad Social y por ell coste del saneamiento de las empresas públicas y de la reconversión. Incluso comentó en los pasillos que, bajo la experiencia de lo realizado en los últimos años, "podía entender una crítica desde la izquierda, pero no desde la derecha".

Presión fiscal

Este esfuerzo financiero deberá continuar, a pesar de que el secretario de Estado de Economía se mostró partidario de cambiar las prioridades en el empleo del dinero público para corregir las carencias en infraestructuras y mejorar la formación profesional y tecnológica. En su opinión, a final de año el objetivo de contener el déficit público en el 4,5%. del producto interior bruto (PIB) no sufrirá desviaciones sensibles, pero el reto de su reducción a un porcentaje de un 1% o un 1,5%. de la riqueza generada se ha de acometer de "una forma suave".Termes sostuvo que, a pesar de todas las correcciones por estacionalidad, el incremento del gasto público y de los ingresos por impuestos (18% en los primeros cuatro meses del año) es el doble de lo presupuestado, y que "las declaraciones programáticas, por muy inspiradas que estén en buenas intenciones, no me emocionan porque juzgo la política por sus resultados".

También argumentó que los españoles soportan porcentajes de impuestos similares a los de estadounidenses y japoneses, pero con una renta per capita muy inferior, y que la presión fiscal en España (31,6% el pasado año) ha crecido en 18 puntos del PIB entre 1970 y 1985, mientras en los restantes países europeos aumentó un 4%.