Llueven las críticas en Brasil sobre la intención de Sarney de irse en 1990

Una verdadera tempestad de críticas se ha desatado sobre el presidente brasileño, José Sarney, 48 horas después de que él sorprendiera a la nación anunciando su intención de permanecer en el puesto sólo cinco años, es decir, hasta 1990. Un solo diputado ha apoyado públicamente, en el Congreso, la decisión de Sarney, quien, adérnás de reducir en un año su mandato, defendió la supervivencia del sistema presidencialista como forma de gobierno, en el momento en que la Asamblea Constituyente discute la posibilidad de introducir el sistema parlamentario en la nueva carta magna.De los dos partidos que conforman la Alianza Democrática que respalda al presidente, el, partido Frente Liberal -el más pequeño- apoyó la decisión de Sarney de no quedarse en el poder más allá del plazo previamente acordado (1991). Pero el más fuerte, el Partido del Movimiento Demócratico Brasileño (PMDB), reafirmó que compete a la Asamblea Constituyente determinar la duración del mandato presidencial. Los dos partidos de oposición, el PT del ex dirigente sindical Luis Ignacio Lula da Silva, y el PDT del ex gobernador socialista de Río, Lionel Brizola, se manifestaron de manera especialmente crítica.

Una de las críticas más contundentes fue la del jurista Raimundo Faoro, una de las voces más poderosas en la etapa de resistencia al régimen militar. Faoro cree que en el pronunciamiento de José Sarney "hay claros indicios de que ha apostado por un golpe militar para mantenerse en el Gobierno".

El temor de que exista una maniobra militar detrás de las palabras pronunciadas por Sarney el lunes es extendida en los sectores políticos.