Grandes cajas que se llenan de agua con facilidad

Las medidas de seguridad del transbordador Herald of Free Enterprise se ajustaban a las normas habituales, según declaró ayer un portavoz de la empresa propietaria del barco. Sin embargo, el accidente ha relanzado la polémica sobre la seguridad de este tipo de barcos con doble propulsión que surgió en 1984, tras el naufragio frente a las costas belgas de un navío francés, el Mont Louis, con un cargamento de productos radiactivos.Las causas del naufragio del Herald of Free Enterprise no se conocen aún, pero la rapidez con que volcó se explica por la concepción de estos transbordadores y de los barcos de doble propulsión en general.

Un accidente así "tenía que producirse algún día", manifestó el experto marítimo británico, Clive Langmead. "Estos barcos no son en realidad más que grandes cajas que se llenan de agua con suma facilidad", explicó.

Para facilitar el embarque de los vehículos, la cubierta inferior se convierte en un garaje, que suele ocupar toda la longitud del navío y que está lo mas vacío posible para ganar tiempo en el muelle y limitar los gastos de mantenimiento. El problema es que no existe en el garaje ningún compartimento estanco que permita hacer frente a una vía de agua. Cualquier brecha en el casco, provocada por una colisión o por la desestiba de una carga, resulta fatal.