España de las ciudades

Me parece bien el artículo de Eugenio Trías sobre La España de las ciudades (EL PAÍS, 4 de febrero). Ya iba siendo hora de que alguien hiciese oír su voz ante la marea pujolista que amenaza con ahogarnos. Parecía que habíamos llegado a un estado de democracia, pero lo cierto es que hay numerosísimas conciencias en Cataluña que hoy en día temen expresarse en público ante este estado de cosas. Máxime cuando el pujolismo encierra conceptos tales como "Cataluña debe recuperar el auge y la brillantez que alcanzó en el año 1100, cuando la cultura europea nació en su seno..., porque los catalanes tenemos el componente carolingio que nos distingue de los demás pueblos españoles", vertidos por el propio presidente.Si la nostalgia del imperio o la campaña "compre productos catalanes" no recuerdan peligrosamente a ideologías vencidas en la Segunda Guerra Mundial y contra las que todos -incluídos los catalanes- parecíamos estar de acuerdo, es que la memoria colectiva se nos está volviendo insidiosamente frágil. ¿Acaso no era ese el tipo de nacionalismo proclamado por Franco, HitIer o Musolini?

¿Defensa de la cultura catalana? Naturalmente, y con toda energía. Pero que ello no implique la ignorancia o el desprecio, cuando no el franco rechazo de cualquier otra cultura, que suele ser, por supuesto, la castellana. ,Pr qué las tachadas de rótulos como Galería de Arte y no los de Art Gallery, casi puerta por puerta? ¿Para cuándo el estrenó en nuestras pantallas de Raça?-