El Zaragoza acabó irritando a su publico

Decepción en Zaragoza. El Valladolid se llevó sin problemas un punto y coloca con negativos a un equipo en el que se habían depositado ilusión y confianza. El público, que comenzó siguiendo el partido entre aplausos y euforia, acabó irritado con sus jugadores y con el árbitro, un personaje totalmente inocente del mal juego practicado por el conjunto local. La anulación de gol a Herrera (m. 85) no fue motivo, suficiente para ese enfado. De haber valido ese tanto habría dado la victoria al Zaragoza, pero no taparía el pésimo juego y la pobreza de ideas exhibidos anoche.En la segunda parte, el Zaragoza forzó motores en algunos mómentos y llegó a parecer que un superior sentido de la velocidd proporcionaba juego y peligrosidad. Pero aparecieron pronto los nervios y con ellos las acciones de todos perdieron precisión y calidad.