La represión contra la huelga general en Chile ha causado siete muertos y cientos de heridos

La huelga general del miércoles y el jueves contra la dictadura del general Augusto Pinochet dejó un saldo de al menos siete muertos en Santiago, todos ellos jóvenes de menos de 20 años, y centenares de heridos y detenidos. El régimen militar chileno sometió a proceso a los dirigentes de la Asamblea de la Civilidad, organizadora de la huelga, y la justicia emitió ayer órdenes de detención contra los 17 principales dirigentes de la entidad. La Asamblea de la Civilidad, en la que están integradas unas 300 agrupaciones sociales y que tiene el respaldo de todos los partidos políticos chilenos de la oposición, anunció que la huelga ha sido un "gran éxito" y que convocará a nuevas manifestaciones en este mes.

El partido democristiano chile no pidió ayer la intervención del papa Juan Pablo II para que intercediera por el cese de la represión en Chile. La Iglesia católica de Santiago emitió una enérgica condena contra los métodos empleados por las fuerzas armadas.

El Gobierno español se sumó ayer a las manifestaciones de con dena surgidas en distintas capita les europeas, y expresó, en un comunicado oficial, "su profunda preocupación y malestar-" ante la violencia utilizada por las autoridades chilenas.

"Una vez más, la intransigencia del régimen chileno, que se niega a dialogar con la oposición democrática, demuestra las crecientes dificultades con que se enfrenta el pueblo de Chile en su búsqueda de una transición pacífica a la democracia", añade la nota. "'El Gobierno", concluye, "al manifestar su inquietud ante la gravedad de la situación en Chile, reitera su solidaridad con las aspiraciones de paz y democracia del pueblo chileno".

La República Federal de Alemania (RFA) también emitió ayer una condena contra el régimen de Pinochet.

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