La incertidumbre un mito
A punto de cumplir cincuenta años de militancia comunista, Santiago Carrillo se enfrenta tanto al riesgo de quedar marginado de todo cargo público como a la expectativa de ser reelegido diputado por Madrid, al margen del PCE, y demostrar a sus antiguos camaradas su incapacidad para borrarle del mapa político. Él parece convencido de que la batalla se saldará con un alto coste para sus adversarios y que cuanto más débil sea la posición en que queden, más fuerte será la suya para exigir una negociación en pie de igualdad. Entre sus seguidores, nadie quiere comentar, ni como hipótesis, lo que sucederá si es Izquierda Unida quien obtiene representación parlamentaria y no Unidad Comunista.
Respetado como uno de los protagonistas de la transición -etapa de la que nació una indisimulada, y perdurable, compenetración con Adolfo Suárez-, incluso quienes no comparten, en absoluto sus ideas recuerdan el tono incisivo, y con frecuencia irónico, de sus breves intervenciones en los debates parlamentarios. Sus antiguos compañeros de partido reconocen su habilidad para el juego en corto pero advierten de las desventajas que les reportaba la carencia de certeza, en ocasiones, sobre la consecución de los acuerdos.
En uno de sus últimos libros, de cierto cariz autobiográfico, interpreta que la gravedad de la crisis del PCE tras el acceso de los socialistas al poder estriba, en el escaso margen de juego para los comunistas, perjudicados, en su opinión, en las elecciones de 1982, por la crisis internacional y el "posibilismo surgido del golpe" del 23-F. A su juicio, debió ser más expeditivo con los renovadores -Eduardo Mangada, Pilar Brabo, Alonso Zaldívar, Roberto Lertxuridi e Isabel Vilallonga, entre otros- y la debilidad del PCE radicó, en último término, en la endeble formación teórica de sus miembros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
La reunión entre Sumar y PSOE evidencia las discrepancias (y no acerca posiciones)
¿Dónde viajar para descubrir destinos poco conocidos? Los corresponsales de EL PAÍS te dan las pistas
Acusaciones de pucherazo, reproches entre candidatos y la confianza de Vox: así fue el último día de campaña en Extremadura
¿Por qué cae la confianza en la sanidad pública? Cinco datos que lo explican
Lo más visto
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- Los pagos del Gobierno de Ayuso a Quirón engordan con facturas de hace una década y sin pagar desde tiempos de Cifuentes
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”
- La princesa Leonor realiza su primer vuelo en solitario como parte de su formación en el Ejército del Aire
- Última hora de la actualidad política, en directo | Gallardo: “Guardiola no quiso ir al debate ayer porque no podía hablar bien de lo que ha hecho a lo largo de estos dos años y medio”




























































