El Parlamento de Dinamarca aprueba la convocatoria del referéndum sobre la reforma de la Comunidad Europea

JOSÉ MARIA DÍAZ, El Parlamento danés (Folketing) decidió y anunció oficialmente ayer, como se esperaba, la celebración de un referéndum consultivo sobre el paquete de medidas de reforma del Tratado de Roma, fundamento legal de la Comunidad Europea. Aunque la Cámara dejó sin precisar la fecha definitiva en que se celebrará la consulta popular, todo apunta hacia el próximo 27 de febrero.

Tras haberse pronunciado en contra de la sustancia del proyecto de reforma el pasado 21 de enero, el Folketing aprobó ayer la propuesta presentada por el Gobierno por 82 votos a favor (los de los cuatro partidos -conservadores, liberales, centristas y democristianos- que integran el Gobierno, más los radicales y los socialistas de izquierda), ninguno en contra y 66 abstenciones (socialdemócratas y Partido Socialista Popular), sobre un total de 179 diputados. La propuesta dice textualmente:"El Folketing pide al Gobierno que presente un proyecto de ley que dé a los electores la posibilidad de pronunciarse en un referéndum consultivo sobre el resultado de las negociaciones comunitarias, el llamado paquete comunitario, que el Folketing rechazó el 21 de enero de este año por 80 votos en contra y 75 a favor".

Con esta propuesta, la coalición gubernamental de conservadores, liberales, centristas y democristianos se adelantó, tras haberse asegurado el apoyo de los radicales, a una propuesta similar, aunque formulada de un modo más negativo, de los partidos contrarios a la reforma de la CE.

La sesión, que fue transmitida en directo por la radio danesa, se puede considerar ya realmente como el comienzo de la campaña del referéndum en torno al paquete comunitario.

Todos los portavoces de los grupos parlamentarios hicieron uso extenso de la palabra en el debate de cuatro horas y media de duración que precedió a la votación. Las intervenciones fuera del turno de oradores fueron igualmente numerosas y acaloradas. Los discursos, de contenido claramente propagandístico, confirmaron las líneas ya conocidas que van a caracterizar la campaña en torno al referéndum, y que se basan, sobre todo, en desacreditar la opción contraria antes que defender la propia.

Los partidos favorables al paquete (los cuatro del Gobierno, más el Partido del Progreso y el único diputado del Partido de los Demócratas Independientes) señalaron principalmente los peligros de un hipotético no.

El jefe del Gobierno danés, el conservador Poul Schlüter, utilizó el símil de una "ruleta rusa que juega con la seguridad económica de todos los daneses".

Los partidos que se oponen al paquete (radicales, socialdemócratas, Partido Socialista Popular y socialistas de izquierda) concentraron sus intervenciones fundamentalmente en el punto del paquete que se refiere a la ampliación de los poderes del Parlamento Europeo y en la correspondiente pérdida de soberanía nacional danesa que, en su opinión, supone una respuesta afirmativa en el referéndum.

Para Gert Petersen, portavoz del grupo parlamentario del Partido Socialista Popular, el hecho de que el Parlamento Europeo, en el que Dinamarca sólo cuenta con 16 miembros de un total de 426, llegue' a tener poderes legislativos sobre el Parlamento danés es algo inaceptable.

En conjunto, y a pesar del despliegue de oratoria, ni una ni otra parte presentó argumentos nuevos o demasiado diferentes de los que ya se perfilaban en el debate público.

El liberal Uffe Ellemann-Jensen, ministro de Asuntos Exteriores, trató de hacer valer ante la Cámara la garantía escrita que le dieron el lunes en Bruselas sus homólogos de los 11 restantes países miembros de la CE, en el sentido de que la Comunidad "respetará las normas de medio ambiente y seguridad" laboral vigentes en Dinamarca, más estrictas que la media de los países comunitarios. Pero el portavoz socialdemócrata reiteró el rechazo del paquete, afirmando que la nota redactada el lunes por los representantes de los doce no supone garantía alguna para la legislación danesa.