El 'caso Zabalza'
De verdad que esto parece una casa de locos. No hay mejor forma de conocer el estado latente de las personas (o de las instituciones, como en este caso) que cuando lamentablemente ocurren situaciones tan trágicas como la misteriosa muerte de Mikel Zabalza. Entonces salen a relucir todas las miserias y mezquindades que nos asfixian cotidianamente. ¿Y qué hemos visto tras el espejo de la desgracia?Primero, la reacción del Partido Nacionalista Vasco (el padre), a todas luces desmedida y ansiosa, vencido de nuevo por el sentimiento y no por la cabeza. ¿Se puede seguir viviendo así, de forma tan esquizofrénica?
Segundo, la habitual salida de tono de Herri Batasuna (la madre), cuya histeria es ya tan conocida que ni los vecinos más próximos se asustan cuando llegan estas situaciones tan tristes.
Tercero, la respuesta firme y tajante, pero de todas formas coherente, de Euskadiko Ezkerra (el hermano mayor).
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El 'caso Zabalza'
Viene de la pág 11Cuarto, la ayuda o respuesta interesada del Partido Comunista de España (el pariente lejano), que aprovecha cada coyuntura para medrar -la enésima vez que pide la dimisión de Barrionuevo¿Qué es esto? ¿Fobia, incapacidad, contumacia?
Y, por último, los bandazos del periódico EL PAIS (el vecino de turno), ayer con los unos, mañana con los otros -mirar ediciones del domingo 15 y lunes 16, donde un día todo eran torturas y actos de protesta, y al día siguiente se respiraba por las pruebas aportadas por el fenecido.
¿Y qué pasa con los demás, con nosotros? Estamos viviendo, me parece, una especie de culpa colectiva que erosiona al más pintado, que causa trastornos de diversa consideración, moral, anímica, etcétera. Y que en última instancia nos embarga en la más inquietante de las incertidumbres: ¿nos ahogaremos todos en el mar de fango que existe a nuestro alrededor?
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