Ante la visita de Reagan al Viejo Continente

Fuertes presiones en la RFA contra la visita a las tumbas de las SS

Agencias

Bonn - 29 abr 1985 - 00:00CEST

El canciller de la República Federal de Alemania (RFA), Helmut Kohl, está siendo estos días blanco de duras críticas en su país por haber propiciado la visita del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, a un cementerio de soldados nazis durante su visita a la RFA, a principios del mes próximo. El jefe de la oposición socialdemócrata, Hans-Jochen Vogel, y los medios de comunicación han acusado a Kohl de poner en peligro las buenas relaciones existentes entre Washington y Bonn.Sólo el ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher, le ha echado una mano al declarar que la visita de Reagan al cementerio de Bitburg demostrará que la República Federal de Alemania y Estados Unidos están unidos "en la lucha contra la tiranía y el mantenimiento de la paz ahora y en el futuro".

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Pero el canciller Helmut Kohl parece decidido a resistir todas las presiones, no sólo las internas, sino las que llegan desde Estados Unidos. El diario The New York Times echó ayer más leña al fuego de esta polémica al publicar que entre los soldados enterrados en Bitburg se encuentran algunos integrantes de la segunda división blindada Waffen-SS, a la que pertenecía el destacamento que realizó la matanza de 643 civiles -entre ellos 500 mujeres y niños-, el 10 de junio de 1944, en la localidad de Oradour-sur-Glane, en el centro de Francia.

"La visita de Reagan es inaceptable si se considera que en Bitburg están enterrados los cuerpos de los carniceros de Oradour", dijo un portavoz del Partido Verde.

A las presiones contra Kohl se ha sumado también la Prensa de su país. El influyente semanario Der Spiegel afirma que la decisión de incluir la visita a Bitburg en el programa de Reagan ha causado amargura en Washington y amenaza las relaciones con Estados Unidos.

El propio alcalde de la ciudad de Bitburg, el democristiano Theo Hallet, ha puesto en duda la conveniencia de la visita y ha anunciado que propondrá una alternativa en caso de que la polémica arrecie. El dirigente socialcristiano Franz Josef Strauss ha sugerido un nuevo programa de conmemoraciones en su región, Baviera.

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