Gibraltar, Hong Kong y las Malvinas

The Economist(...) Las conversaciones van a ser difíciles, pero existe la posibilidad de alcanzar un acuerdo a fin de cuentas. Si el Reino Unido se aviene a aceptar que España ejerza la soberanía sobre la Roca, siempre y cuando la mayoría de los gibraltareños estén dispuestos a aceptar un hecho así, España bien puede decidirse a esperar.En las meticulosas combinaciones que sir Geoffrey Howe perfila con los restos del imperio británico, Gibraltar se encuentra en alguna parte entre Hong Kong y las islas Malvinas. Y esto es así porque: las aspiraciones de los gibraltareños parecen más altas que las de los habitantes de Hong Kong, quienes, en su momento, sólo exigieron formar un comité de seguimiento de las negociaciones para al final decir que sí, es

decir, que aprobaban el acuerdo entre China y el Reino Unido, firmado por encima de sus cabezas.En cuanto a las Malvinas, el Reino Unido ha puesto en claro que, en tanto en cuanto los isleños deseen seguir siendo británicos, no podrá iniciarse ninguna conversación con Argentina que incluya la cuestión de la soberanía. ¿Por qué la opinión de los 1.800 malvinenses pesa más que la de los cinco millones de chinos que habitan en Hong Kong o que la de 30.000 gibraltareños?

(...) El coste de no iniciar conversaciones con Argentina sobre las Malvinas se incrementa de forma sostenida. Los gastos de defensa y apoyo a las islas se acercan a las 750.000 libras esterlinas por isleño. El Reino Unido cuenta en este caso con la colaboración de Estados Unidos y de los países de Europa occidental. Pero la señora Thatcher debería estar dispuesta a negociar, incluso sin dar nada, con el democráticamente elegido presidente Raúl Alfonsín, igual que está negociando, aun sin dar nada tampoco, con los sucesores democráticos de la dictadura española.

10 de febrero