Hernández Escorial se convierte en árbitro de las elecciones de fúltbol

Pedro Hernández Escorial, uno de los seis candidatos a presidir la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), se ha convertido en árbitro de las elecciones, que se efectuarán el próximo viernes. Sus votos -150, según sus cálculos, de los 446 del pleno-, en coalición con Antonio Baró, pueden derrotar al candidato oficialista, José Luis Roca.

"Me han ofrecido la vicepresidencia primera de la federación por veinte sitios", manifestó ayer, en conferencia de prensa, Pedro Hernández Escorial, de 46 años, soltero, arquitecto, inspector de Hacienda y presidente de la Gimnástica Segoviana, de Tercera División. Hernández Escorial, que no concretó el origen de esos ofrecimientos, advirtió, sin embargo, que "no me he presentado a estas elecciones para buscar una vicepresidencia".Hernández Escorial, al que un grupo de dirigentes le fue a buscar, sobre todo por su saneada situación económica, para optar a la presidencia de la federación, contó con un excelente equipo de colaboradores para preparar estas elecciones. Los resultados de las primarias le convirtieron en el opositor más serio al candidato oficialista, por lo que no fue extraño que esas elecciones se tuvieran que repetir -al impugnarlas los oficialistas derrotados- en cuatro provincias que le apoyaban claramente. En una de ellas, su Segovia, resultó elegido miembro del pleno, requisito imprescindible para optar a la presidencia.

Hernández Escorial, que cataloga su candidatura como reformista, pretende vender lo más caro posible su número de votos. Mientras tanto, busca votos en otros estamentos -árbitros y entrenadores- porque no renuncia a ganar. Aseguró que la candidatura de Baró puede favorecerle porque restará votos a Roca.

La Liga Profesional de Clubes, cuyo representante es Antonio Baró, presidente del Español bien visto por la Administración, confía en la colaboración de Hernández Escorial para ganar las elecciones. La Liga Profesional, le ha insinuado una posible coalición a través de su buen amigo Vicente Calderón, presidente del Atlético de Madrid.