Más países de la CEE partidarios de una fórmula pesquera más dura para España

Las sardinas mediterráneas han sido secuestradas por los peces del Atlántico. Los cambalaches entre los diez para preparar las ofertas que se presentará a España alcanzan algunos límites insospechados. Así, Grecia e Italia, según fuentes comunitarias, quieren que se prorroguen las actuales subvenciones a la sardina mediterránea en la CEE (que en principio expiran en diciembre) y cederían a cambio a los deseos de países como Francia, Irlanda, el Reino Unido o la República Federal de Alemania (RFA) para ofrecer una fórmula más dura a España para acceder a las aguas comunitarias.Por otra parte, ha sentado mal a los miembros de la Comisión Europea, órgano ejecutivo y burocrático de la CEE, el plan de viajes y negociaciones bilaterales con los países miembros que tienen previsto los ministros españoles.

Algunos comisarios, como Paul Dalsager (agricultura) o Giorgios Contogeorgis (pesda), debido a compromisos previos no podrán recibir la próxima semana en Bruselas al titular español de Agricultura, Carlos Romero. Aunque la situación puede cambiar, el "plan de ataque" del Gobierno español quizás se quede sin enemigos en Bruselas.

Los ministros de Exteriores comunitarios aplazaron la reunión que tenían previsto mantener este fin de semana en un castillo irlandés para analizar, al menos, tres temas concretos de las negociaciones con España y Portugal: la pesca, la agricultura y el vino. El motivo del aplazamiento ha sido el de tener que asistir a los funerales por Indira Ghandi.

En materia agrícola, los trabajos progresan, por fin, a nivel técnico entre los diez. Han aceptado el impacto que tendrán en España dos sectores continentales, como son la carne vacuna y los lácteos, pero rechazan, por el momento, incluir en esta lista otros productos que España deseaba que se consideraran sensibles, como los cereales, el lúpulo, la carne porcina y el azúcar. Y en cualquier caso, no se acepta tampoco el sistema de contigentes a la importación que pedía España para estos productos, sino que se ofrece un mecanismo de vigilancia de estos intercambios.

En cuanto a la pesca, sigue abierta la cuestión del acceso español a las aguas de los diez. Dos fórmulas están sobre la mesa: 10 años con un sistema de licencias por las buenas, o la prórroga de este plazo por otros 3 años (es decir hasta el año 2.000) si los doce no llegan entretanto a un acuerdo sobre la reforma de la política pesquera. El nivel de pesca española en la aguas comunitarias sería el de 1984, como postura negociadora de la CEE, que puede cambiar. El ministerio de Agricultura español busca al menos unas 200 licencias frente a las 100 con que cuenta España este año.