La situación de Líbano

(...) Para todos los libaneses, traumatizados por la impresión de sentirse aislados del resto del mundo exterior y cogidos en los remolinos del conflicto bélico, la reapertura del puerto y del aeropuerto, obstaculizada este lunes por los manifestantes que cierran la única vía de acceso, significaría una fecha importante. Incluso en condiciones diriciles y precarias, aportaría una buena noticia y anunciaría tiempos mejores.En el fondo del problema, un optimismo necesariamente muy prudente puede endontrar algunos argumentos. Pese a sobresaltos sin duda inevitables, el plan de seguridad ha comenzado a aplicarse, exigiendo seis días en lugar de los tres inicialmente previstos. Con excepción del problema de los rehenes -doloroso pero en vías de solución-, según parece la tregua comienza a merecer este nombre. (...)

Los jefes de fracción, que -otra paradoja- se sientan como ministros en el seno de un Gabinete de unión, han podido apreciar al precio de 400 nuevas víctimas los límites de su poder. Aceptan, finalmente, transigir. Por ello, la tregua tiene allí un sentido y puede ser la ocasión del principio de una solución interna.

No puede olvidarse que toda solución propiamente libanesa no puede consagrarse y estabilizarse más que por un arreglo regional, todavía bastante alejado. (...) En este sentido, trabaja Mitterrand actualmente en Amman, convencido de la utilidad de su política de pequeños pasos con la proximidad de las elecciones israelíes. (...).

10 de julio