La Hacienda y el déficit

Para paliar el déficit público -próximo a los dos billones en 1983-, Hacienda araña donde puede, aunque sea sólo el chocolate del loro. Primero fueron los jubilados, a los que se privó de la exención de tributación por el concepto de renta y ahora serán los beneficiarios de la Seguridad Social que disponen de una pensión por invalidez permanente. Tal ampliación no se llevaría a cabo hasta el próximo año y ya dispone Hacienda del borrador para la necesaria reforma legal.No nos parecería mal que jubilados y pensionistas tuvieran que pagar si sus ingresos alcanzasen los mínimos por los que se rige la cotización de los que están en activo. Lo que nos parece ridículo es que, en vez de extremar las medidas para evitar el fraude de tantos ingresos que escapan a cualquier control, el rigor fiscal tenga que extremarse con jubilados y pensionistas físicamente incapacitados para trabajar. Hacienda opta por lo más cómodo: los ingresos se verán automáticamente incrementados por el hecho de que a los beneficiarios se les retenga una parte de su pensión. Aunque hay que decir también que, frente al déficit público de casi dos billones, aquel incremento servirá de muy poca cosa.

El aumento de los ingresos se busca en las capas más débiles de la sociedad, en vez de buscarse en las gigantescas bolsas de fraude que existen en el país. Es lo más fácil y lo más rápido. La misma Administración paga las pensiones y recauda impuestos. Será muy difícil convencer a los pensionistas de que su paga mensual no ha sido rebajada. ( ... )

Barcelona, 16 de mayo