Leer es caro

Una vez más volvemos a echar mano de la fría estadística con motivo del Día del Libro. Las cifras, siempre tendentes a decirnos lo poco que leemos los españoles, se quedan sólo en eso, en cifras. Volvemos a cerrar la página anual de la efeméride y hasta el año que viene que volveremos a (decir otra vez lo mismo. Yo quisiera opinar modestamente sobre dos puntos al respecto:

a) El libro, aun eri. días de promoción, es caro. Y me refiero naturalmente a títulos y autores de interés actual. Uno de estos ejemplares, en edición de baja calidad, no cuesta menos de 700 pesetas.

Creo que este dinero lo gastamos (no con poco sacrificio a veces) sólo quienes hacemos de la lectura una costumbre.

b) Podría extenderme en considerar lo que entendemos por la lectura culta, de evasión, o lectura simplemente; pero, cifiéndome a lo que de promoción de ellas se refiere, supongo que la manera fundamental de lograr lectoadictos debiera partir del sistema de crear hábito. Por otra, conseguir que la inmensa mayoría de la población adulta leyera diariamente cualquier periódico de opinión.

Lo primero no existe. Lo segundo, lejos de existir, se trata de evitar elevando el precio de la Prensa de forma espectacular.

Pienso que la lectura está todavía a mucha distancia del alcance fácil. Su promoción es poco atractiva y casi siempre enfocada al best-seller. Respecto a la Prensa, ésta nunca cargará suficientemente los costes en alia sobre la publicidad: el anunciante puede desertar a otros lugares.

No se preocupen. Los lectoadictos seguiremos fieles a los libros

Pasa a la página 12