Los exiliados y el Rey

( ... ) El discurso del Rey pronunciado en el acto de entrega del Premio Cervantes a Rafael Alberti se ha de leer con atención. La media España vencedora de la guerra civil fue brutal con la otra mitad, entre la que era numeroso el censo de intelectuales, de poetas. Quizá porque el poeta es más sensible a la realidad y difícilmente puede ser sobornable por la transigencia. De Antonio Machado, fallecido a las pocas semanas de exilio, hasta. nuestro Josep Carner, pasando por Cernuda, Juan Ramón Jiménez, Prados, Salinas, León Felipe y tantos otros, el censo de poetas fallecidos en el exilio es amplísimo. A la España intelectual del exilio dedicaba ayer el Rey un emotivo recuerdo: "Sentimos muy profundamente entre nosotros la presencia de cuantos no tuvieron la oportunidad del regreso, pero nos convocan en sus obras, ahora más que nunca, a lograr una gran convivencia de justicia y libertad, hacia un futuro de todos".Y don Juan Carlos se dirige al poeta homenajeado, poeta maldito considerado por algunos por su condición de comunista, al que se creía que, por su militancia, nunca le sería concedido el Cervantes. Frente a estas actitudes excluyentes, el Rey se dirige a Alberti con las palabras de "pcieta de España", por el "amor profundísimo que le une a nuestro país", amor que puede expresarse de muy diferentes maneras, "porque cada uno ha de ser libre para ejercerlo con arreglo a su conciencia, a su manera de pensar y a sus sentimientos", en una clara alusión a sus convicciones políticas.

Mensaje importante de convivencia y de paz entre los españoles el de don Juan Carlos, pronunciado en un lunes de Pascua, que ha coincidido este año con el aniversario de la muerte de Cervantes, el más universal de los escritores españoles, que tuvo que conocer la dura experiencia del alejamiento de su país.