Manifiesto del Círculo de Empresarios Vascos contra el fatalismo
El Círculo de Empresarios Vascos, organismo que agrupa a los presidentes y consejeros delegados de las 32 mayores empresas de Euskadi y cuya influencia económica, política y social es ciertamente decisiva, "no participa del fatalismo de quienes identifican el desarrollo económico con la pérdida de las libertades" y, por el contrario, considera que el País Vasco "puede demostrar su enorme vitalidad y su capacidad para conseguir, en libertad y solidaridad, nuevas cotas de bienestar para sus habitantes y los de otros pueblos de España".Creado hace 18 meses, como continuación de otros colectivos de parecida influencia social, el Círculo de Empresarios Vascos, que preside José Miguel de la Rica, hizo público ayer un manifiesto, auténtica declaración de principios, que, aun dentro del tono genérico y moderado de este tipo de documentos, parece indicar una cierta evolución del empresariado vasco.
El escrito, hecho público "una vez concluido el reciente proceso electoral", comienza por una autocrítica del papel jugado por el empresariado en los "defectos achacables al modelo de crecimiento de las pasadas décadas", pero incluye una valoración positiva de la actitud mantenida durante la transición democrática pese al "ambiente muchas veces hostil que ha rodeado al empresariado". Por lo demás, "la realidad ha demostrado que la mayoría del colectivo empresarial está conduciéndose democráticamente y colaborando con su apoyo y comprensión, así como con sus críticas, en la consolidación de las instituciones democráticas".
Violencia y paro
En particular, el colectivo empresarial, "que respeta profundamente la Constitución española y el Estatuto de Autonomía de ella nacido", apoya "el sistema autonómico vasco, participando en su institucionalización, si bien expresa su preocupación ante el deterioro de las relaciones entre los Gobiernos central y autónomo, "que resulta un factor más de crispación y división de la sociedad vasca", sólo "desde una decidida colaboración entre los Gobiernos de Madrid y Vitoria se puede enfocar la solución de problemas como la violencia y el paro y dar satisfacción a las sentidas aspiraciones culturales y políticas del País Vasco".
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