Los astronautas del 'Challenger' intentarán reparar un satélite en el espacio
El transbordador espacial estadounidense Challenger será lanzado hoy en su quinta misión, que durará casi seis días, tripulado por cinco astronautas. El objetivo principal de esta misión será la reparación de un satélite de observación del Sol, el Solar Max, que se averió 10 meses después de su lanzamiento, en 1980. La cuenta atrás del lanzamiento proseguía ayer, mientras el tiempo excelente que reina en todo el Estado de Florida, donde está situada la base espacial de Cabo Cañaveral, hace prever una salida sin problemas.
Durante los dos primeros días del vuelo, los pilotos de la nave, Robert Crippen y Francis Scobee, perseguirán al satélite, que se encuentra en órbita de la Tierra a 488 kilómetros de altura. El domingo 8 de abril, el astronauta George Nelson, provisto de un equipo individual de maniobra, se acercará al satélite para parar el movimiento de rotación que tiene sobre sí mismo y permitir el acercamiento de la nave. Un especialista, Terry Hart, intentará entonces coger el satélite con el brazo articulado de que va provisto el transbordador.Tras sujetarlo a un chasis especial, los otros dos astronautas, George Nelson y James Van Hoften, intentarán cambiar una placa de circuito electrónico, que es la que, al parecer, se estropeó, dejando inservible el satélite.
Los dos astronautas permanecerán en total seis horas en la bodega de carga del Challenger, y si consiguen reparar el satélite, la nave espacial subirá hasta una órbita de unos 528 kilómetros de altura, la más alta alcanzada hasta ahora, para intentar allí desplegar nuevamente el satélite y ponerlo en órbita.
En el caso de que la operación tenga éxito, la Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio (NASA) habrá ahorrado unos 235 millones de dólares (35.000 millones de pesetas), lo que costaría ahora hacer un satélite similar al Solar Max. También habrá demostrado de forma espectacular las ventajas que tiene el transbordador sobre otros cohetes convencionales, como el europeo Ariane.
En caso de que no se pueda reparar en órbita, el Solar Max será traído a la Tierra, al centro espacial Goddard, en las afueras de Washington, para ser desmontado y revisado. Nelson y Van Hoften saldrán nuevamente del transbordador el 10 de abril para reemplazar otros elementos del satélite menos vitales.
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