Los cubanos residentes en la isla hacen frente a los invasores

Cuba calificó ayer de "ataque criminal y traidor" la invasión de Granada por la fuerza multinacional encabezada por Estados Unidos y su enfrentamiento con los obreros y técnicos cubanos que trabajaban en la isla. Según un comunicado oficial de La Habana, el personal cubano, que había recibido la orden de defenderse, sufrió bajas sin especificar "después de ser atacado por poderosas fuerzas yanquis desde distintas direcciones", informa Efe. Las autoridades cubanas ya habían intuído que las disensiones internas en el régimen granadino podrían generar una intervención como la que se ha producido.La reacción oficial cubana a la ocupación de la isla por Estados Unidos y sus aliados del Caribe tardó en llegar, a pesar que desde el primer momento Radio Reloj, una de las principales emisoras cubanas, daba puntual cuenta de la invasión. El Pentágono reconoció que "hemos tenido enfrentamientos con los cubanos", aunque no habló de bajas. Los cubanos habian recibido "la instrucción de defenderse en caso de ataque", segun fuentes oficiales de La Habana. Un testigo presencial de estos enfrentamientos manifestó que al menos tres cubanos habían perdido la vida.

Un comunicado oficial de La Habana decía ayer que, siete horas después de la invasión, los trabajadores cubanos continuaban haciendo frente a la agresión.

En Granada se encuentran alrededor de 1.000 cubanos, 600 de los cuales trabajan en la construcción del aeropuerto de Punta Salinas, considerado por Estados Unidos, como una base militar encubierta y por los granadinos como una necesidad de cara al turismo.

Este es el principal proyecto de cooperación entre Cuba y Granada aunque, tras la muerte de Maurice Bishop, La Habana advirtió que sometería a "un serio y profundo análisis las relaciones políticas con los nuevos responsables" de la isla.

Era previsible

Las autoridades cubanas ya habían aventurado, el pasado día 20, lo que ahora espera a Granada."El imperialismo tratará de utilizar esta tragedia (la muerte de Bishop) y los graves errores cometidos por los revolucionarios granadinos para barrer el proceso, revolucionario en Granada y someterla de nuevo al dominio imperial y neocolonialista".

La Habana asegura haberse mantenido en todo momento al margen al comprobar "con desagrado" que el origen de lo ocurrido reside en las profundas divisiones internas existentes en Nueva Joya, el partido gobernante en Granada. A juicio de los gobernantes cubanos, "más que conflictos de fondo había conflictos de personalidades y de concepciones sobre métodos de dirección, donde no estaban ausentes otros factores subjetivos", según el documento oficial al que ha tenido acceso EL PAIS.

Ya entonces, Cuba adivinaba que ante lo difícil y complejo de la situación, "solo un milagro de sentido común, ecuanimidad y sabiduría de los revolucionarios granadinos, y de serenidad en la reacción y actuación del movimiento progresista internacional" podía salvar el proceso.