Obligado cumplimiento

Pablo Porta se llevó a sus leales al despacho del ministro de Cultura. El ministro, a quien presuponían poco informado, escuchó a los comisionados y se ratificó en su postura de suspender las subvenciones. Porta se quejó de indefensión. Ayer tarde el ministro le envió las conclusiones de los censores jurados de cuentas sobra la auditoría que no han podido realizar. Para Porta el problema reside en que las normas fijadas por la Intervención General del Estado no contemplan las peculiaridades del fútbol y, por tanto, hay normas en las peticiones de gastos y justificaciones de imposible cumplimiento. El Consejo de Deportes, para zanjar el tema, ha citado para mañana a los dirigentes de la federaciones territoriales a fin de darles un ppo y demostrarles que es posible adaptarse a las normas.

Porta no encontró inflexibilidad en el Ministerio. Los técnicos en materia económica están dispuestos a atender aquellas cuestiones razonables que pudieran ser realmente expepcionales. Solana insiste en que no hay un ataque al deporte, pero sí se ratifica en la necesidad de que exista una mayor transparencia. Porta se queja del poco dinero que va al fútbol, que es el deporte que genera las quinielas. Hay un dato por conocer: qué cantidad exacta de su presupuesto se va en burocracia.