Los 'verdes' de Petra Kelly pierden fuerza
El sueño de una nueva fuerza, ecologista y pacifista, en el anquilosado Parlamento federal (Bundestag) resulta más difícil de realizar de lo que pronosticaban los sondeos de opinión.Los verdes, un conglomerado que va desde los grupos de lesbianas a los partidarios de la alimentación macrobiótica, lograron la hazaña de romper la barrera del 5% y entrar en cinco Parlamentos regionales y en el de Berlín oeste.
El descenso de los verdes empezó con la pérdida del poder de los socialdemócratas (SPD) y la caída del canciller Schmidt. Con el SPD en el poder, los verdes consiguieron capitalizar los votos de los socialdemócratas descontentos. El SPD, en la oposición, ha cambiado parte de su política sobre los euromisiles atómicos y la energía nuclear y ha quitado votantes a los verdes.
Ese voto útil que el 6 de marzo irá a los socialdemócratas puede ser decisivo y dejar a los verdes por debajo de la barrera del 5%, condenados a ser, a nivel federal, un movimiento extraparlamentario.
Las encuestas dan a los verdes un resultado ligeramente por encima del 5%, pero con una tendencia descendente desde el pasado otoño, precisamente el momento de la pérdida del poder de los socialdemócratas. El dato más palpable de la caída de los verdes se produjo en las elecciones de Hamburgo. El 19 de diciembre los verdes perdieron votos, a pesar de que Hamburgo es un núcleo urbano grande, lugar donde se da la mayor implantación del movimiento ecologista ypacifista.
Los verdes consiguieron en las elecciones federales de 1980 sólo un 1,5% de votos y, a pesar de los éxitos en Parlamentos regionales, parece difícil que a nivel federal. rebasen el 5%. El margen que dan las encuestas no permite un pronóstico seguro porque el porcentaje de votos del 6 de marzo puede estar ligeramente por encima o por debajo de ese 5% fatídico.
Los verdes atraviesan la fase contradictoria de transformación de movimiento político en partido, y eso ha provocado su crisis. El heterogéneo conglomerado que forman sus bases hace casi imposible lograr la implantación de una mínima disciplina organizativa y la consolidación de una burocracia, indispensa bles en el sistema parlamentario para el funcionamiento como partido.
"Principio de rotación"
En su lucha contra la burocratización, los verdes exigen de sus futuros diputados el sometimiento al "mandato imperativo" de sus bases y la implantación del "principio de rotación", que obligaría a los diputados a cesar en su puesto y dejarlo a sus suplentes después de dos años de actividad parlamentaria.
La ingenuidad y falta de experiencia de los verdes quedaron bastante al descubierto en sus intervenciones en la televisión. El acceso a la televisión, que fue exigido con fuerza, puede incluso haberles dañado, porque sus representantes cayeron muchas veces en las trampas tendidas por los profesionales de la política y del periodismo, que rechazan a los verdes como a un elemento perturbador del orden tradicional.
La figura más representativa de los verdes es Petra Kelly, que se presenta a diputada en Baviera. Petra Kelly es una especie de Juana de Arco de la lucha contra el átomo, marcada por sus vivencias personales de una hermana muerta de cáncer, que la líder de los verdes atribuye a las radiaciones.
Petra Kelly parece consumida por un fuego interior, como si estuviese guiada por la convicción de realizar una tarea mesiánica. Este fanatismo e intransigencia de los verdes hace casi imposible el entendimiento con los socialdemócratas a la hora de formar una posible coalición o simplemente acordar un apoyo político.
A lo largo de la campaña electoral, los verdes han reducido sus exigencias y se mantienen intransigentes en sólo dos puntos: la negativa radical a los nuevos euromisiles atómicos y a la energía nuclear.
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