Una vida por el desarme y contra la injusticia social
La actuación pública de la premio Nobel de la paz, Alva Myrdal, ha estado marcada por dos pautas fundamentales: la lucha contra el armamentismo, especialmente nuclear, y la promoción de importantes reformas sociales en su país en defensa de los trabajadores, la familia, la niñez y la mujer.Como detacada feminista, presidió la Asociación de Mujeres Trabajadoras de Suecia; desde donde promovió una verdadera rebelión contra notorias injusticias y carencias de la legislación laboral sueca respecto a las mujeres. Por su esfuerzo, las mujeres embarazadas dejaron de ser despedidas del trabajo, y muchas de las grandes leyes sociales que la socialdemocracia puso en práctica en Suecia contaron la decidida participación de Alva Myrdal.
Nació el 31 de enero de 1902, en la ciudad universitaria sueca de Upsala. Está casada con el premio Nobel de economía Gunnar Myrdal, y es madre de tres hijos, entre ellos el escritor Jan Myrdal.
En 1934 publicó, junto con su esposo, un libro sobre La crisis de la población, en una época en que la caída de los índices de natalidad en el mundo creaba una cierta preocupación. Alva Myrdal sostenía que si los bienes se repartieran en forma equitativa habría más posibilidades de incrementar la población. Se la considera ideóloga de la reforma educativa realizada en Suecia en 1946.
Entre 1949 y 1955 dirigió el Departamento de Asuntos Sociales de las Naciones Unidas y de la Unesco. En 1962 fue elegida senadora por el partido socialdemócrata y entró a formar parte del Gobierno sueco como ministra sin cartera. Los problemas de la paz comenzaron a interesarle después de la primera guerra mundial. Tras desempeñar el cargo de embajadora de Suecia en la India, representó a su país desde 1962 hasta,1973 en la Conferencia de Ginebra sobre el Desarme.
En el plano internacional siempre defendió especialmente a las naciones más pequeñas. Más de una vez ha dicho: "En la próxima guerra mundial no habrá vencedores, la derrota será de todos".
Los problemas del desarme le han inspirado varias de sus obras, entre ellas El juego del desarme. Insistentemente se ha declarado contra las enormes sum as de dinero destinadas al perfeccionamiento de armas capaces de aniquilar todo el planeta.
En relación con su trabajo en la Conferencia de Ginebra ha comentado en alguna ocasión: "Si nuestro trabajo no ha servido para casi nada es porque las superpotencias jamás han querido realmente encarar un proceso de desarme".
Esta mujer pequeña, elegante y enérgica sigue denunciando infatigablemente los riesgos de la carrera armamentista y defendiendo que no hay otra salida más que la negociación.
Alva Myrdal ha recibido ya otros premios por sus trabajos: el Premio de la Paz de la República Federal de Alemania, en 1970, y un año después el primer Premio Albert Einstein de la Paz.
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