Paco Camino
salió ayer detenido por la policía de la plaza de toros de Huesca después de haber protagonizado un escándalo mayúsculo en el apogeo del cual arremetió contra el respetable con el verduguillo en la mano, el acero con el que los matadores realizan el descabello de las reses.Todo comenzó cuando el torero empezó a desentenderse visiblemente de la lidia de su segundo animal, provocando las iras del público que con gran denuedo comenzó arrojar una lluvia de toda clase de objetos sobre el ruedo, entre ellos latas de refrescos, panes y rajas de sandía, para corear de manera tan estentórea como expresiva los infructuosos intentos, de dar muerte al toro. Al cabo de varios pinchazos e intentos de descabello logró Camino dar muerte al martirizado bicho, y dirigiéndose al callejón se quitó las zapatillas, lo que en el lenguaje de las plazas significa que no pensaba pisar nunca más aquel coso. Como impulsado por un resorte el respetable reaccionó ante la falta de respeto arreciando en la bronca y el granizado dé confetti.
En aquel momento, el diestro armado con la puntilla y el estoque se dirigió hacia un espectador de la barrera, insultándole y amenazándole con los aceros, en particular con el verduguillo, al tiempo que su hermano Rafael, que va con Camino de mozo de espadas, le imitaba con un estoque estando a punto de alcanzar a otro espectador. De inmediato intervinieron vanos inspectores de policía que condujeron a los dos irascibles hermanos a la comisaría.
El ambiente se había ido caldeando con anterioridad a la desgraciada actuación del diestro, puesto que ya en su primer toro, el segundo del cartel, Camino se había mostrado apático y deseoso de poner fin a la faena de forma rápida y expeditiva.
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