El pitido del tren

Vivo en Valencia, en una calle bastante céntrica, de la que hace ya años se erradicaron todas las industrias y actividades molestas. Se podría pensar que las molestias ahora son las lógicas de una gran ciudad. Pues no, la molestia viene creada por Renfe, que supongo que en otros aspectos lo hará mejor, aunque por mi experiencia me permito dudarlo.Renfe tiene instalada la estación del Norte muy próxima a mi domicilio, y allí mismo, al parecer, el taller de prueba de pitos, ya que durante todo el día y especialmente en la madrugada se oyen fuertes pitidos, que en ocasiones da la impresión que prueban un pito que se engancha, ya que se pueden cronometrar pitidos de minuto y medio. Entre pitido y pitido pasan muy pocos minutos, a veces parece un concierto -un mal concierto-.

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Todo ello hace imposible el descanso.

Por si fuera poco, Renfe ha instalado un servicio de altavoces, a través de¡ cual a todas las horas, de día y de noche, transmiten órdenes al personal, lo que, sumado a los pitidos, es una delicia para dormir. Me he dirigido por escrito el pasado año a Renfe, recibiendo una respuesta llena de promesas, pero a estas alturas estamos peor que el año pasado. /