Cogida grave de Benjamín Sans

El último de la tarde empitonó al banderillero Benjamín Sans, a la salida de un par y le produjo una cornada grave. La novillada tuvo genio, y dio mérito a la labor de los espadas, que eran debutantes en Barcelona.Abrió plaza un novillo terciado y noble que acabó. Fernando Galindo se limitó a una faena de aliño, no exenta de intuición y buenas maneras. El cuarto derrotaba con peligro. Galindo le trasteó con estilo, perdiendo los papeles en algún que otro muletazo.

Román Lucero se acreditó en su primero, que se revolvía en un palmo de terreno, como torero valentón, aunque el arte brilló por su ausencia. Nada le asustó el quinto, de mucha cornamenta, aunque no siempre mandó el torero. Al valor no le acompañaba la técnica.

El pequeño colombiano César Rincón se mostró valiente con el tercero, que le volteó varias veces, sin consecuencias. Se echó fuera al matar y atravesó al toro. Valiente, impasible, como si la cosa no fuera con él, estuvo con el último, que también llegó a la muleta muy quedado. Esta fue la res que había cogido al banderillero.