La imagen de los colegios profesionales debe ser cambiada, según Antonio Pedrol

Profesionales y sociedad es el tema abordado ayer por el presidente del Consejo General de la Abogacía y decano del Colegio de Abogados de Madrid, Antonio Pedrol, en una conferencia pronunciada en el Club Siglo XXI. El conferenciante empezó haciendo notar la importancia sociológica de la clase profesional incorporada en los colegios, compuesta por 700.000 personas y presentes en los más diferentes lugares de la sociedad.Por su dispersión y por su hetereogeneidad es díficil encontrar las características comunes que, seguidamente, buscó en la definición del profesional colegiado como la persona que de modo habitual se dedica a prestar a otros la aplicación de su técnica, recibiendo del cliente una entrega total de confianza. Analizó el contenido de la relación de confianza y explicó cómo el Estado busca a través de las facultades disciplinarias concedidas a los colegios convertidos en corporaciones la protección del cliente. Los colegios tienen ante la sociedad una imagen de defensa egoísta de intereses de grupo que merece ser cambiada. Del mismo modo que el profesional tiene muchos deberes ante su cliente, el colegio los tiene al servicio de la sociedad. Cuenta el Estado con una poderosa maquinaria para satisfacción de necesidades colectivas que adolece de dos defectos: la burocracia carece de imaginación del mañana y por ello le estallan en las manos con dolorosa frecuencia conflictos no previstos a su tiempo y la actuación de la clase política dirigente lleva inevltablemente consigo la sospecha de motivaciones electorales. Los profesionales no pueden evidentemente sustituir la actividad del Estado pero tampoco ostentan el derecho de ignorar las necesidades sociales.

Se proyecta para el otoño un congreso nacional de las diferentes profesiones, con el exclusivo objeto de intentar un inventario de temas en los que las diferentes profesiones aporten conjuntamente ideas y directrices de posibles soluciones. Serán invitados a este congreso intelectuales y los medios informativos, ya que ellos pueden ayudar mucho a la formación del referido inventario, que sería hecho público después con destino a la sociedad y entregado a la administración para que utilice sus resultados.