La ondeante Rocío Jurado

La cantante Rocío Jurado es uno de los mitos más cuajados dentro del panorama de la música popular española. Eso quedó patente durante la grabación, en el madrileño teatro Alcalá, del programa especial que se emite esta noche, aderezado luego con fotos de ayer y retoques sentimentales. El público le gritó de todo, en plan piropo subido, hasta lograr que la intérprete se debatiese entre el rubor y la risa. Al término del recital, aparece la hija de Rocío: "Se muere por salir al escenario. Y lo malo es que, una vez encima, ya no quiere marcharse. Me hace pasar unos apuros tremendos. Yo he querido darle esa ilusión, aunque me pone mala que algunos piensen que se trata de un truquito facilón. Hay madres que, día a día, pueden satisfacer los caprichos de sus hijos. Como yo no puedo ejercer a menudo de madre, justo es que compense a mi hija con creces en las raras ocasiones que tengo de hacerlo. Y ésta ha sido una".Una ocasión, asimismo, para que Rocío Jurado haga reverdecer su repertorio más conocido y muestre la última cosecha con temas tales como Naranja, pero limón y Como una ola. Espléndida de voz y con una astucia escénica fuera de serie, nada tiene que temer de sus dos acompañantes: Juan Bautista Humet y Pino D'Angio. Su oleaje se impone con rumor exclusivo.

Es el resumen de veinte años en la brecha, miles de recitales, tablaos, escenarios y paisajes: "Pienso que nadie ha trabajado tanto como yo por la renovación continua, por la revolución permanente en muchas cosas. Y puedo proclamarlo sin falso pudor porque eso me ha granjeado un sinfín de críticas, aunque nunca he perdido la brújula. Se me ha querido encasillar, pero no me he dejado".

Una cantante de osada imagen física: "Sí, pero a mí los hombres no me aplauden de entrada. Mi cuerpo es una tarjeta de visita".

Especial Rocío Jurado se emite esta noche, a las 22.35 horas, en la primera cadena.