La urbanización Castro Novo puede construirse, pese a la oposición vecinal

Dos años después de que la villa cántabra de Castro Urdiales dijera en referéndum no a la construcción de Castro Novo, ciudad-residencia proyectada por el arquitecto catalán Ricardo Bofill, en la primera consulta popular de estas características celebrada en nuestro país, parece confirmarse la intención de la empresa promotora de la urbanización de iniciar las obras el próximo mes de enero.Según pudo saber EL PAIS, la dirección de las obras ha sido ofrecida por un representante de la empresa promotora, Castromar, a varios arquitectos cántabros. Sorprende, sin embargo, que se pretende iniciar tan sólo la construcción de un bloque de doce viviendas, de las 5.000 inicialmente proyectadas.

En círculos castreños se estima que con esta medida se intenta desbloquear un proyecto que, por su elevado coste, la oposición creada y la falta de un mercado suficiente, difícilmente podría ser llevado a término. En opinión de las fuentes consultadas, con la construcción de este primer bloque se pretendería crear una situación de hecho que posibilitase, posteriormente, la venta parcelada de los terrenos destinados a Castro Novo, lo que supondría el abandono definitivo del proyecto. Lo que es imprevisible predecir es la respuesta de las fuerzas políticas opuestas a Castro Novo.