Cosas de Renfe

A las once de la mañana del día 18 de agosto mandé un paquete como paquete-exprés desde Soria a Zafra en el tren correo, debidamente lacrado, y cual sería mi sorpresa cuando el familiar que lo recibió llamó por teléfono diciéndome que no le había metido en el paquete una serie de cosas que (anteriormente le había comunicado) irían en él. Lo sorprendente del caso es que el citado paquete lo recibió debidamente lacrado, por lo que ella no sospechó nada al ir a retirarlo. Cuando llegó a su casa se encontró con el desaguisado. (Yo sabía que los abrían por referencias, comentarios con otras personas y por anteriores experiencias mías, pero no creí que incluso los lacrados corrían la misma suerte.)Entre otras cosas que mandaba, y que desapareció junto con ellas, iba un traje precioso que había comprado el día anterior en una tienda de Soria por valor de 5.000 pesetas. Fui a la tienda y lo conté. No les sorprendió, pues me comentaron que a ellos, como a otros del ramo, les birlaban de dos a tres, y a veces más, prendas por paquete en Renfe con el mismo descaro. ¡Todo un récord!

Señor director de Renfe, ¿tampoco tiene esto una solución a corto plazo? He hecho todo lo que he podido por mi parte: hacerlo constar en el libro de reclamaciones, y ahora en este digno periódico, por no tener otro sitio donde recurrir. Por cierto, me dijeron que tendría noticias y no las he recibido. De esto hace ya tres meses y medio./