A tiros con los perros

Sobre la noticia (EL PAIS, 9 de octubre de 1981) de que el dueño de un perro setter ha disparado su pistola sobre otro perro, un doberman, quiero manifestar que es inadmisible el que una persona que tiene derecho a portar armas de fuego por este mero hecho las utilice de forma tan absolutamente irresponsable e injustificada. Lo primero es obvio dado el extremo peligro que entraña tan desmedida acción para la integridad física de los niños y paseantes que siempre se encuentran en el lugar de los hechos (parque del Retiro, de Madrid). Lo segundo, la injustificación de tal acción, está muy clara para todos los que tenemos perros y los amamos. En la vida de todo perro, sobre todo si su educación no es completa, ocurrirá muchas veces que se pelee con otros canes.Sabemos igualmente que es harto fácil separarlos cuando se enzarzan en una pelea simplemente sujetándolos, máxime cuando los amos están cerca. Pero lo que todos sabemos, y el señor Tarodo sabe, o al menos debe saber, es que un perro en la situación del doberman que nos ocupa jamás le atacaría a él, sino a su perro.

En cualquier caso, lo que resulta de esta triste historia, máxime teniendo en cuenta que dicho señor tiene un perro y debiera mostrar más comedimiento y amor hacia los demás, es que deambulen por ahí irresponsables con, armas de fuego, capaces de hacer uso de ellas con cualquier pretexto, poniendo en peligro la vida de inocentes que no tienen la culpa de la insensatez, violencia e intransigencia que padecemos./