La vida del Papa corrió serio peligro la semana pasada

El primer parte-médico oficial sobre la salud del papa Juan Pablo II será dado hoy a conocer. Existe mucha expectación porque, a pesar de que los especialistas que siguen al papa Wojtyla en el policlínico Gemelli han confirmado que ha empezado a disminuir la fiebre, en realidad durante estos cuatro días han seguido sometiendo al cuerpo del Papa a cientos de análisis especializados para ver si se consigue descubrir la causa de las fiebres altísimas que padeció los últimos días.De hecho, ahora se confirma que el Papa "estuvo muy grave" en los días anteriores a su segunda hospitalización. Los médicos personales del Papa (un italiano y un polaco) se asustaron de tal modo que llamaron a un famoso especialista de hígado del policlínico Umberto I, de Roma, el rival del policlínico Gemelli.

Ya el solo hecho de que el Vaticano decidiera enviar otra vez al Papa al hospital es la mejor demostración, declaró ayer un alto prelado a EL PAIS, de que "hubo miedo que el Papa se nos fuera de las manos".

Entre tanto, una nueva hipótesis sobre las causas de la inflamación de la pleura del pulmón derecho que sufre el Papa se ha difundido en Roma: se trataría de una inflamación del peritoneo que afectaría al diafragma y al peritoneo

Hasta el momento, sin embargo, no parece que haya sido confirmada por los análisis practicados durante este fin de semana. Mientras los exámenes clínicos prosiguen en la habitación del décimo piso que ocupa el Papa en el policlínico Gemelli, la eventualidad de un origen viral de la inflamación se sigue tomando en consideración. El doctor Emilio Tresalti, director médico del Gemelli, se negó el martes a dar la menor información.

Ahora el problema es si seguir o no dando noticias verídicas sobre el estado de salud del Papa, como en los primeros días del atentado, o bien mantener silencio. El problema es tan real, que ayer la misma agencia Ansa, siempre prudente, hablaba en una de sus informaciones del Vaticano que se había creado "el partido del silencio", el cual pide la máxima discreción sobre las noticias acerca del Papa enfermo, en polémica con otro grupo de colaboradores de Juan Pablo II, que piensa que es mejor y más evangélico "que no se oculte nada".

Un botón de muestra de la poca información que existe sobre este tema lo demuestra, por ejemplo, el hecho de que en la noche del lunes un importante cardenal de España llamó por teléfono a un corresponsal de Prensa español para pedirle noticias sobre la salud del Papa, diciendo: "Nosotros no conseguimos saber nada en concreto". Y preguntó: "¿Es cierto que existe peligro de muerte para el Papa?".

Juan Pablo II ha querido ir a un hospital público. Y será difícil esconder, si es que existe, una enfermedad real del Papa, por misteriosa que sea y por mucho que intenten ocultarla.