El Bundestag aprueba el "doble acuerdo" de la OTAN sobre los euromisiles

Con seis votos en contra y cuatro abstenciones, procedentes de la izquierda del Partido Socialdemócrata (SPD), el Parlamento federal alemán (Bundestag) aprobó ayer en Bonn una resolución de apoyo al doble acuerdo de la Alianza Atlántica (OTAN) de estacionar cohetes atómicos de alcance medio, si fracasan las negociaciones de desarme entre Estados Unidos y la Unión Soviética.Otros cuatro diputados socialdemócratas advirtieron que votaban a favor de la resolución para apoyar a la coalición social-liberal (SPD-FDP) que gobierna en la RFA, pero expresaron sus reservas ante el doble acuerdo de la OTAN.

El debate se inició con un informe del canciller federal, el socialdemócrata Helmut Schmidt, que informó al Bundestag de su viaje a Estados Unidos y las entrevistas con el presidente norteamericano Ronald Reagan y el presidente francés François Mitterrand.

Política de equilibrio

Schmidt se limitó a exponer los puntos de coincidencia con Reagan y Mitterrand, y repitió sus posiciones ya conocidas de buscar una política de equilibrio entre el Este y el Oeste. El canciller federal expuso sus ideas sobre un plan de ayuda a Centroamérica y la zona del Caribe, «saludo las ideas norteamericanas de un plan de desarrollo para el Caribe, que busca una cooperación amistosa con los Estados de esa zona, para el fomento económico y social del desarrollo de esos países».

Schinidt sugirió que en ese plan deberían intervenir México y Venezuela, países productores de petróleo, que podrían abastecer con petróleo a precios más baratos a sus países vecinos, lo que sería ejemplar para los Estados miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

En su respuesta al canciller, el líder de la oposición democristiana, Helmut Kohl (CDU), se expresó en términos fuertemente polémicos, y puso de manifiesto que en el comunicado de la visita a Washington no aparece la palabra distensión, y denunció «la bancarrota de la política del Gobierno».

Kohfl acusó a Schmidt de no tener el apoyo de su partido, como lo demuestra la necesidad de recurrir a la amenaza de dimisión para imponerse.