La Iglesia salvadoreña pide a Washington que cese su ayuda militar a la Junta

El administrador político de San Salvador, arzobispo Arturo Rivera y Damas, criticó el domingo en Washington la ayuda militar que Estados Unidos facilita a la junta que gobierna en su país, y abogó por una solución «política», en la que la Iglesia podría actuar de mediadora.

El prelado no sólo lamentó la intervención de Estados Unidos «en los asuntos de mi país», sino el trato que reciben los refugiados llegados del Salvador, a los que se intenta deportar por todos los medios.

Arturo Rivera pronunció un sermón en Washington a invitación del arzobispo James Hickey, el principal crítico dentro de la jerarquía católica norteamericana de la política que lleva a cabo la Administración Reagan respecto a El Salvador.

En una conferencia de Prensa celebrada en Washington, el arzobispo aseguró que estaba de acuerdo con el presidente de la Junta, el democristiano José Napoleón Duarte, en que El Salvador no necesita más ayuda militar.

El prelado esbozó algunas hipótesis sobre cómo podría iniciarse el diálogo entre las fuerzas de la oposición y el Gobierno: reconocimiento legal de la izquierda, amnistía, deponer las armas, suprimir las medidas de excepción y entrar en un proceso político abierto.

Simultáneamente, Arturo Rivera invitó a Cuba y a Nicaragua a que cesen de enviar armas a los rebeldes.