España y la OTAN
La crónica mandada por su corresponsal en Bruselas sobre el «rearme químico» de la URSS y Estados Unidos, aparecida el jueves 19 de marzo, a mi juicio muestra tres cosas:
1. La carrera de armamentos alcanza niveles cada vez más alarmantes, dejando al descubierto el cinismo de los Gobiernos, que, aunque firmaron el protocolo por el que se prohibía el uso de las armas químicas, las fabrican y almacenan (ya que esto no está prohibido) no se sabe muy bien con qué fines.
2. Dichas armas químicas (así como las nucleares y todas las armas en general) son mortíferas en tiempo de paz por dos razones: por un lado, por la posibilidad de accidentes (pérdida de vidas humanas, desastres ecológicos...), de los que el artículo cita algún caso, y por otro, si cabe más grave, porque los miles de millones de dólares que se gastan en armamentos se dejan de gastar en programas de desarrollo que podrían sacar del hambre, la miseria, la enfermedad y la incultura a buena parte de la humanidad. De hecho, el poco dinero hasta ahora destinado en EE UU a ese fin ha sido reducido por el presidente Reagan, a la vez que aumenta escandalosamente su presupuesto para defensa, recomendando a sus aliados que hagan lo mismo.
3. Por todo lo anterior, es urgente, a la vez que se lucha activamente contra la entrada de España en la OTAN, intensificar la lucha contra la presencia de las bases norteamericanas en España. Y esto último no sólo por argumentos morales, sino por la necesidad de tener el futuro de nuestra propia supervivencia en nuestras manos. y no en manos norteamericanas. A un párrafo de la crónica mencionada me remito: «...Estados Unidos instaló 10.000 toneladas de munición química en la República Federal de Alemania (RFA), bajo control exclusivamente norteamericano». Supongo que dicha munición estará en alguna base de «utilización conjunta ».germano-norteamericana./
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